Continua el complejo proceso de convertir a Windows 10 en un servicio, que deje atrás el concepto de programa o sistema operativo. Microsoft quiere hacer en los ordenadores lo que iOS y Android han llevado a cabo en los dispositivos móviles.
Para ello las nuevas CPUs de Intel, AMD y Qualcomm que saldrán en 2016 sólo funcionarán con Windows 10.